18
marzo
2014

Crean biomateriales nanométricos

biomateriales_nanometricos

Científicos de la UNAM descubrieron que una proteína —similar a la de un virus— artificial puede inducir la formación de minúsculas partículas de oro, plata, paladio, platino y cobre, así como combinaciones de metales, lo que otorga propiedades inéditas a los materiales. Con este hallazgo han desarrollado nanotubos y nanoesferas que se utilizan para el desarrollo  de fármacos, entre otras aplicaciones.

Los investigadores de los institutos de Biotecnología (IBt) y Ciencias Físicas (ICF) de la UNAM que lograron lo anterior son expertos en crear vacunas con partículas pseudoviral, idéntica a un virus en su estructura, pero hueca porque carece de material genético.
“Lo que hacemos es aprovechar las proteínas, que son entes con propiedades únicas. Hay algunas que unen metales. La que usamos, la VP6 del rotavirus, no tenía reporte de que uniera metales, pero en el laboratorio vimos que forma nanotubos de proteína con arreglos hexagonales. Acoplamos estos tubos a metales para darles nuevas funciones”, explicó Laura Alicia Palomares, investigadora del Instituto de Biotecnología.

Un comunicado de la universidad, señala que entre los usos potenciales de estos nuevos biomateriales destacan el desarrollo de biosensores, posible por sus cualidades ópticas.

“También tienen propiedades conductoras, así que se podrían aplicar en la formación de circuitos electrónicos, importantes para desarrollo tecnológico de computadoras y teléfonos celulares”, comentó Liliana Carreño.

Estos nanomateriales cuentan además con propiedades catalíticas que podrían utilizarse en la industria química.

AUTOENSAMBLE.  Las partículas pseudovirales son estructuras cuyo tamaño está en el rango de los nanómetros. Tienen la propiedad de autoensamblarse para formar tubos de diámetro nanométrico y longitud del orden de micrómetros, así como láminas y esferas.

En el laboratorio del IBt, Germán Plascencia logró producir los primeros nanotubos de origen proteico “funcionalizados” con metales, que fueron mejorados en una segunda generación por Liliana Carreño.

“Nos encontramos con algo desconocido, pero este grupo tiene una capacidad de colaboración entre biotecnólogos y físicos”, destacó.

En tanto, Jorge Ascencio, investigador del ICF, resaltó la valía de este trabajo, pues en la nanotecnología uno de los principales problemas es formar las partículas. “Entre decenas, centenas y millares de átomos varían las propiedades y no se pueden manipular a nivel físico, sino químico”.

El logro del grupo del IBt, dijo, consistió en generar una especie de molde o regidor de formaciones estructurales, una proteína que guía a las partículas metálicas para ubicarse en ciertos sitios.

“Controlan el tamaño, crean sitios activos y ponen metales o sistemas inorgánicos en superficies. Como físico he tenido problemas para dominar el tamaño y ellos lograron conglomerados de menos de dos nanómetros, que además están ordenados alrededor del nanotubo. El control del tamaño y la morfología de la alquimia son importantes, pues depende de ellos para que el nanomaterial pueda ser aislante o conductor”, precisó Ascencio.

Por este proyecto, los científicos recibirán el Reconocimiento al Mérito Estatal en Investigación 2013, en el área de Investigación Científica e Innovación, que cada año otorga el gobierno de Morelos.

Contentos con la distinción, adjudican el logro al trabajo en equipo y a la interdisciplina. “Lo más importante de recibir un premio es que el trabajo de los científicos se hace visible a la sociedad”, apuntó Octavio Tonatiuh Ramírez Reivich, director del IBt.

Autor: Carlos A. Ramirez B.
Publicado el: Biomateriales, Biotecnología, Nanomateriales, Nanomedicina

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